07/10/22 Entre las 10:14/ 10:30

Entré de nuevo en el templo rodeado del Fuego Vivo.

La figura del Buda meditaba a la derecha del altar y a su otro lado se erguía una repisa de piedra que albergaba agua.

Se me invitó a beber de ella.

El agua viva.

El que bebe del agua viva se nutre, se limpia y se revitaliza.

El agua viva como manifestación del amor puro en su origen.

El agua viva endulza el corazón, calma la mente y alza al alma.

Bebe del agua viva y sana tu mente. Deja que sus gotas impregnen tus cuerpos y te sacien.

El agua viva te reconforta porque te recuerda quién eres.

El agua viva soy yo, el AMOR.

Déjate calentar ahora un rato…

El pan.

El fruto del trabajo del hombre.

Con la leña, hecho al horno, en la forja… es, la forma.

Simboliza la creación, la trasformación.

El trigo, fruto de la tierra; el agua; la sal; representación de los minerales, piedras preciosas que están dentro de ella; el fuego, que es calor que crea y el aire, que es oxígeno que lo nutre.

Buenos panes estáis dando.

Cada uno de una forma, cada uno con su aroma, cada uno con su tamaño…

Panes que os alimentan y que dan de comer a otros. Otros que se alimentan mientras tienen su propio pan en el horno, como tú te alimentaste del pan de otros que lo hornearon antes que tú.

Compartir el pan, significa compartir lo trabajado, los logros, nuestros dones, nuestra sabiduría.

No hay sacrificio ni sudor en la frente. En el hornear el pan alimento del alma, hay gozo y plenitud.

La energía con que horneas tu pan es importante para el resultado.

Te invitamos a que hagas el pan cada día con tus mejores ingredientes y que los compartas con quienes tengan hambre o tengan ganas de comer.

El alma así es alimentada.

Ese es “el pan nuestro de cada día.”

El AMOR