EL DESARROLLO DEL CUERPO EMOCIONAL.

Uno de los «temas de actualidad» en este momento de la evolución de la humanidad hacia el re-conocimiento de lo que es, el Ser, es el crecimiento del cuerpo emocional en todas las individualidades que lo encarnan.

Como todo en la naturaleza, hay individualidades que lo expresan en una forma incipiente, como una semilla, otros como un brote, otros como un tallo, otros como un árbol maduro y otros dando sus frutos. Una hermosa exhibición de la grandeza y el poder del infinito, de Aquello que es, de la Vida.

Conocer el cuerpo emocional es saber el cómo, el manejo del principio femenino, el yin, el sagrado femenino, la grandeza del concepto del número 2.

Dejo aquí anotado, quizás para otro artículo, que el qué, es la representación del 1 y que el principio femenino, el 2, encierra en sí mismo el qué.

En la evolución del cuerpo emocional, igual que con todo lo que se aprende, se crece pivotando entre un punto polar y el otro, entre la oscuridad-no consciencia- ignorancia y la luz-consciencia-sabiduría, en este caso, de todo lo que supone el principio energético yin.

El camino se va tejiendo a través de las experiencias y esos escalones que se van construyendo son los travesaños que te lleva a Casa-Sabiduría-Luz-Consciencia-AMOR.

En el camino de este profundo conocimiento no se trata entonces solo de sentir, que es importante, por supuesto, pero es importante saber que el sentir, es una capacidad incipiente, algo que nace del primer principio, el fuego, la acción, la voluntad, el principio masculino, el 1.

En el proceso de evolución del mundo mineral, vegetal y animal, podemos observar cómo esa capacidad de “sentir”, va “surgiendo” y después crece y se transforma.

Una pregunta interesante que dejo para reflexión. ¿El sentir muere?

El sentir es una de las cosas que surgen cuando el principio masculino se pone a crecer, se convierte en un carburante, por así decirlo, una de las cosas que le permite mantenerse, moverse y cuanta más evolución, más podrá gestionarse y dirigirse; pero como todas las cosas que “surgen” (1, yang, masculino, acción) ha de cultivarse para poder hacer cosas con él de forma “voluntaria”.

Una semilla puede dar fruto sin nadie que la cuide, precisamente porque la energía eterna de impulso, el 1, está dentro de ella, pero con un jardinero, el jardín puede convertirse en algo verdaderamente maravilloso.

Todo surge (1) y crece (2), se transforma, se convierte (3=un nuevo 1), algo que a su vez da origen a otra cosa,(4=materia) pero que viene del 1 original.

Eso que aparece, se mantiene porque tiene “la acción dentro”, fuego-acción-la voluntad (1) y según sea su cuidado, ese (2=cuidado, sentir fuego gobernado, fuego gestionado, que algo te importe como “para”), así serán las características de lo nuevo que nace (3) y se forma (4).

La capacidad del desarrollo del principio femenino, el 2, la gestión de la acción, es lo que se considera el desarrollo del cuerpo emocional.

Considero que esta imagen puede ser muy ilustrativa.

El 2 maneja al 1. El gobierno gestiona a la voluntad.

Ese hombre ha tenido la voluntad (1) de encender el fuego y ahora lo está gestionando (2), lo cuida para que sea como él quiere y al mismo tiempo sigue siendo su voluntad, 1, porque el 1 está siempre dentro del 2.

De forma espiritual, esotérica y religiosa puedo expresarlo en que, nada ES sin Aquello. El loco, la carta 0 del tarot, el héroe que ya dio la vuelta al juego, el sabio, la carta 22 que en realidad no existe porque ya no necesita estar materializada, sabe que no es nada sin su esencia, porque sabe que es él mimo, nada se puede hacer sin voluntad, “hágase tu voluntad” (que ahora ya sé que es la mía), nada es sin Dios.

El femenino hace más poderoso al 1, lo hace ser consciente de sí, hace que se reconozca en todo su poder y grandeza, y al mismo tiempo nunca deja de ser el 1 mismo, porque el 1 nunca deja de estar dentro del 2. Y así eternamente (1=∞)

Es un pequeño yo (1) ya reconocido en otro pequeño yo (1) (espejos reconocidos), que pasan de ser 1 a ser 2 y cuando se reconocen se saben 1 (original) y como se saben y se reconocen son poder, algo mayor que su simple suma, su reconocimiento.

Todo lo que se vaya calibrando y enriqueciendo, el sentir (carburante) y lo que hagas con él, ponerlo aquí o allá, todo lo que ocurra con tus movimientos son el «camino de vuelta», el sendero del re-conocimiento.

Tener un cuerpo emocional desarrollado es como tener un «fuego de hogar». Al principio es solo una chispa que se enciende por “la voluntad”, que es también la nuestra, de querer tenerlo, y se mantiene y crece también por la voluntad y la nuestra, para hacer diferentes cosas con él.

Al principio no es aún un calor de afecto profundo y verdadero que tiene la capacidad de compartirse, de llevarse de un sitio a otro con sabiduría, a lugares y momentos donde se sabe que hace falta sin que se apague incluso en las condiciones más adversas y, por supuesto, tampoco es un incendio descontrolado.

El desarrollo del principio femenino hace que se desarrolle, se gobierne, se re-conozca el principio masculino. Es la “fuerza reguladora”.

1=acción, fogonazo, rayo iluminador, 2= regulación, manejo, capacidad de gestión.

1= Hacia delante. 2= Hacia atrás.

No cabe la idea de mejor o peor, los dos son necesarios, contrarios y complementarios. Fuerzas que se oponen y se necesitan para llegar a Casa, re-conocerse en lo que UNO ES.

Nada aparece sin los principios energéticos y todo escondido en el 1, la Unidad, esperando paciente a que algún jardinero quiera cultivarlo.

María Garrido Garrido.

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