El AMOR es la Unidad, es la Totalidad.
El AMOR incluye al sentimiento de afecto humano, pero es algo más.
Como el AMOR es totalmente abarcante, no sabe de juicios, ni de posiciones enfrentadas, porque el AMOR siempre está al lado, acompañando, sea cual sea la experiencia. Es la expresión más incluyente.
Cuando el AMOR se expresa, lo hace a través de la Vida mediante todas sus manifestaciones, nada se queda atrás, pues no hay nada que esté aparte.
Cuando hablo de la Vida, no me refiero solo a la vida que habita en la materia, pues abarca mucho más que la biología, lo visible o lo audible.
La Vida habita en cualquier materia, en cualquier pensamiento y en todas las emociones.
La Vida también es la muerte física porque la Vida es la Totalidad en expresión.
Cuando el AMOR se revela a través de lo tangible, a través de un ser humano, por ejemplo, lo hace mediante todas sus expresiones en relación a la consciencia de cada uno.
Si una persona es consciente de que ella es quien puede manejar todo su mundo interior, manifestará las expresiones del AMOR que más felicidad y paz interior le reporten.
Si la persona en cambio, no es consciente de que ella es la responsable de su propia energía, de la calidad de sus pensamientos, de la intensidad y color de sus emociones, expresará, las cualidades del AMOR que más se acerquen a lo que su consciencia alcance.
Hay personas que me reclaman… ¿Cómo es posible sentir paz interior ante una desgracia, ante una enfermedad que podría terminar con tu vida, ante un asesinato o ante cualquier tipo de asalto? ¡Y ya no digamos, si ese tipo de calamidad es para con un niño, un desfavorecido o un anciano!
Cuando estamos manifestados en la materia, es como cuando una persona tiene coche.
Uno podría vivir en el mundo sin coche, ¡por supuesto! y, por tanto, también podría vivir en el mundo sin cuerpo. De hecho, lo hacemos, porque la Vida y lo físico, no son excluyentes.
Cuando tiene coche puede hacer cosas que no podría hacer si no lo tuviera.
Puede viajar, conocer diferentes países, puede experimentar la velocidad, el miedo o la desesperación ante otro vehículo que le adelanta sin tener en cuenta que podría haber hecho un gran daño, la frustración ante un peatón que cruza el paso de cebra parsimoniosamente; pero eso no significa que solo se pueda hacer de forma temerosa, desesperada o frustrada.
Por duro, difícil o complejo que nos parezca, el manejo de esas emociones en realidad solo depende de uno mismo, no de los eventos externos.
El peatón parsimonioso y el conductor arrebatado, solo son parte del AMOR expresándose, ayudándonos a desarrollar todas las virtudes hasta su grado máximo.
Esto es así porque el AMOR es libertad, o ¿acaso podrías sentir como real que alguien te amase si no tuviese otra opción?.
Cuando uno empieza a saber quién es, a saber, qué es AMOR VIVO, comienza a expresarse con otra altura de consciencia.
El AMOR ahora es mucho más sereno, tiene una sonrisa en su corazón, es prudente, se calla cuando sabe que, a pesar de su buena intención, podría no ser entendido y ocasionar daño.
El AMOR en esa expresión no es tibio, ni reactivo, es manso y proactivo, porque el AMOR consciente se implica, cuida, le importan las cosas, pero tiene en cuenta siempre al otro y lo respeta.
Cuando el AMOR se expresa de una forma más elevada, sostiene, invita, y nunca exige ni molesta.
Da porque sabe qué es y sabe que no necesita nada.
El AMOR es como la luz del sol, ilumina y da calor. Cuando el sol, que es la manifestación a través de la cual la luz se expresa, es consciente de sí mismo, se mantiene a la distancia justa para dar calor y no quemar, irradia sabiendo qué grados son los correspondientes para que esta o aquella planta den sus mejores frutos.
El AMOR en su más alta manifestación de consciencia de sí, es Sabiduría.
Todos y cada uno de nosotros expresamos AMOR, no puede ser de otro modo, porque eso somos.
Todos los grados de expresión son maravillosos, no hay ninguno mejor o peor que otro, aunque a nuestro entendimiento aún le cueste entender este hecho.
Hoy te invito a chequearte y ser consciente de si podrías sentir más alegría en tu corazón, más amistad fraterna, más complicidad íntima, más comprensión, más respeto… y probar a ver qué ocurre cuando lo manifiestes.
Con el mayor AMOR del que soy consciente.
María Garrido Garrido.
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