4 de octubre de 2022. Hacia el mediodía.

Cerré mis ojos y de nuevo me sumergí en mi lago. Bajo sus aguas vi un templo inmerso, pero de alguna manera supe que no tenía que dirigirme hacia allí.

Llegué a la otra orilla donde me esperaba la casa de mi maestro. Hoy no estoy tan cansada.

Inmediatamente estaba dentro de la sala escuchando sus enseñanzas.

Hoy hablaremos sobre la susceptibilidad.

En vuestro uso cotidiano, soléis usar susceptible como picajoso, alguien al que es fácil herir, o que se ofende fácilmente. También usáis otra acepción un poco más amplia que se desprende de su más elevado significado.

Esta segunda acepción, se refiere a la posibilidad de que esa cosa o persona puede ser modificada; es decir que es capaz de cambiar porque es flexible, está atenta, dispuesta, etc.

Mas susceptible en su más elevada concepción significa “tomar o coger por debajo”.

Veamos esta lectura.

Cuando uno es capaz de tomar, de percibir, exclusivamente las vibraciones bajas, está claro que es porque su capacidad está entorno a ellas.

Mas aquel que es capaz de tomar esas y otras, tiene la posibilidad de poder crecer ante las comparaciones.

Está empezando a ser cada vez más susceptible.

Cada vez con más capacidad de profundizar y cada vez con más capacidad de poder ser.

El tomar de abajo, o de lo profundo, o de lo sumergido, también se refiere a la capacidad de poder entrar en aquello que no tiene luz; aquello que está enterrado. Y en lo más profundo de la Tierra, no hay nada desechable.

Cierto que también está la basura que habéis ido “enterrando” mas abundan los minerales y piedras preciosas dispuestas a revelarse ante quienes las puedan descubrir, limpiar y pulir para convertirse en maravillosas joyas.

La susceptibilidad es hermana de la sensibilidad y de la sensitividad. Entre las tres crean la perspicacia. La capacidad de “ver más allá”.