EL MIEDO AL ABANDONO.

El miedo al abandono es originario del miedo a la soledad, el cual es uno de las mayores atenazas de la humanidad.

Uno puede sentirse solo aunque esté rodeado de otras personas; por tanto nos es fácil desvelar que la causa del sentimiento de soledad no viene de fuera. Su origen profundo no está en no tener con quién compartir la vida, ni siquiera tan simple como el no tener amigos con los que ir a tomar un café. No.

El miedo a la soledad es fruto de la separación de uno mismo de UNO MISMO.

Este es un tema de mucho calado el cual voy a intentar sintetizar.

Como ya comenté en varias ocasiones, vivimos en un mundo de polaridad, la cual nos enseña por comparación lo que la unidad real es. Nuestro cerebro no entiende lo que significa lo absoluto, y tiene que establecer relativismos para poder comprender.

Uno no puede llegar a entender en profundidad lo que es la temperatura, por ejemplo, si no pudiera tener la experiencia sentida del frío y del calor. La comprensión profunda, la sabiduría de las cuestiones, nos llega por la suma del conocimiento intelectual y la experiencia sentida. Cuando esta unión no ocurre, el entendimiento se queda en mera intelectualidad y ese no es el camino de la evolución del ser humano. Así podemos observar que todo en nuestro mundo está dispuesto para que el hombre y la mujer evolucionen comparando un polo con el  otro dentro de cada experiencia.

Einstein nos regaló una maravillosa fórmula y a pesar de que la usamos cotidianamente en nuestra tecnología, no comprendemos en profundidad lo que realmente significa. Nada se crea ni se destruye, solo se transforma. E= mc²

Este es el fundamento del miedo al abandono; el total desconocimiento del hombre de sí mismo y el porqué de su existencia en la Tierra. Mientras desconozcamos que el ser humano es algo más que su cuerpo físico y no re-conozcamos la existencia de la energía que lo sustenta todo, el ser humano no sabrá que literalmente nunca está solo; pues este es un acto imposible. Solo el ego no desarrollado, la mente que aún no conoce, es la que teme porque no puede ver más allá.

Sé que para aquel que se siente solo y abandonado, esta información puede quedar demasiado lejana, así que si ese es tu caso, me gustaría decirte que eso por lo que estás pasando ahora mismo, es un camino hacia la evolución, aunque tú ahora no puedes entender lo que te estoy diciendo.

El único consejo que creo que puedo darte, es que; si sabes dónde no quieres estar porque ya has tenido suficiente de esa experiencia; si ya has experimentado el suficiente dolor, oscuridad y amargor, pongas las pocas energías que te queden en darte la vuelta y poner tu atención en aquello que quieres que crezca. Tenemos aún un gran desconocimiento sobre qué somos y el verdadero valor de alguno de nuestros poderes. Algunos están en estancamiento por considerarlos fantasías, o sea, cosas no reales; pero nada más lejos de la Verdad. Nuestra atención, por ejemplo, es uno de esos grandes poderes. Es el poderoso balón de oxígeno para que cualquier cosa pueda crecer, tanto en nuestro interior como en nuestro exterior. Todo aquello que no tiene nuestra atención se extingue; pues todo aquello que no tiene energía está destinado a morir. Así que te invito a resurgir de tus cenizas. Todos somos ave Fénix en constante evolución, da igual lo evolucionado que estés. En este momento de mi propio viaje, querido amigo, amiga, aquí estoy para recordártelo.

María.M.Garrido.

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