La culpa.

La culpa, una de las energías más dañinas para el ser humano y que por desgracia nos acompaña tan cotidianamente.

En nuestro desarrollo espiritual, los humanos hemos sido y somos acompañados, tanto en este plano físico como desde otros más elevados, para ayudarnos en nuestra evolución, mas en este momento de nuestro camino aún nos moldean viejas reminiscencias pasadas.

El remordimiento es una energía que nos ayuda a reflexionar sobre nuestros actos y ahí se debe quedar. La culpa es ese pinchazo que sentimos en nuestro interior cuando nos damos cuenta que no hemos obrado desde lo mejor de nosotros mismos. Pero cuando esta energía no logra transformarse y convertirse en sabiduría, se enquista, nos empobrece y nos enferma.

Esta energía es la poderosa manera en la que podemos tener el llamado a observar, a comprender y a reparar algo que hasta este momento no supimos hacer de otra forma, nada más. Pero nuestras reminiscencias, no demasiado desarrolladas, nos hablan de que a través de la culpa viene la expiación y nada más lejos.

La culpa es la llamada al timbre de la puerta hacia un paso más en el camino.

Puede que tengas la necesidad de leer un texto más extenso para deshacerte de ella, que busques algunos consejos para que salga de tu vida, pero… Pregúntate, ¿necesita tu mente leer un artículo más largo? Eso es que estás llamando al timbre todo el rato.

Mi consejo más amoroso es que no te quedes llamando al timbre mucho tiempo. Es tan fácil y tan difícil como eso, no te enredes. Abre la puerta y pasa.

María.M.Garrido.

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