CÓMO SUPERAR EL DESÁNIMO.

Cuando uno está bajo de moral, lo que busca es una barita mágica para dejar de sentirse de esa manera.

La barita mágica existe, está delante de nuestras narices pero no la vemos.

Es una sensación extraña esto de querer algo y sentir que no puedes hacerlo.

Una experiencia similar a cuando tratamos de recordar un sueño. Sabemos que algo pasó, incluso puede que podamos recordarlo, pero cuando ponemos la historia en palabras parece que pierde la mitad del gran significado que tenía cuando lo estábamos viviendo. Ahora parece falso, cuando antes lo experimentábamos como tan verdadero…

Nuestro poder es igual de significativo e igual de esquivo.

Para la persona que se instala en el desánimo, está muy lejos de su experiencia el darse cuenta de que es ella misma la que está favoreciendo que esa energía siga gobernando su ser.

La barita mágica está detrás de lo que tú crees que eres, de esa voz que te repite machaconamente… estás muy cansado, es mejor que no salgas porque total para lo que hay que ver. Hoy no voy salir porque llueve y mañana  tampoco porque hay demasiado sol. Soy una persona a la que le afecta todo, entonces al final, qué más da lo que haga.

Toda esa información que pulula por nuestra cabeza no es de salud. Ésta es una voz que va más en tu contra que en tu favor.

Pero también existe otra vocecita, mucho más débil que la anterior, a la que normalmente no hacemos demasiado caso, que trata de hacerse paso entre la vorágine que vocifera.

Por lo menos podías ir a pasear un ratito aprovechando el buen tiempo. ¿Por qué no te llevas a tu perro? ¡seguro que os vendrá genial a ambos! Y ¿por qué no dejas de comer eso que sabes que al final te va a repetir, a hinchar o que al final sabes que no es nada saludable?

Como a todos los seres vivos, lo que nos hace bien es estar conectados.
Conectados ¿con qué?
Con la Vida.

Con la tierra, con la luz de sol y de la luna, con el río, con los animales, con el mar, con la hierba, con las flores, con el arte, con los sueños, con el bosque, con los seres que amamos, con los amigos, con las risas, con la curiosidad, con las historias, con el compartir de penas y alegrías…

Salir del desánimo supone dejar de poner atención a la energía: los pensamientos, las emociones y los sentimientos que nos llevan a estar y a  sentirnos solos y desconectados. Supone dejar de expresar cualquier cosa que no somos y requiere manifestar  la energía de la vida que habita dentro de nosotros.

Al principio quizás tengas que tratar de vencer esas feas voces que te inundan. No te desanimes porque quizás no puedas pasear ni media hora, o tampoco ir demasiado lejos de tu casa, pero intenta salir a respirar aunque sean 10 minutos.

Llama a alguien por teléfono y preocúpate por cómo está, saluda al cartero con agrado, intenta dibujar una sonrisa en tu cara aunque no te encuentres bien o te duela algo.

No se trata de fingir algo que no eres, no se trata de ser hipócrita, sino que se trata de recuperar algo que has extraviado.

La chispa de la Vida deseando ser expresada a través  de ti.

María Garrido Garrido.

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