Entonces ¿Qué tengo que hacer? ¿Cuál es la solución?

Mientras busquemos una solución a cualquier situación o evento de nuestra vida, no estaremos viendo que es precisamente nuestra energía, nuestra actitud, nuestra forma de percibir lo que acontece lo que la mantiene viva.

No sabemos ver la perfección por doquier porque seguimos considerando que existe lo imperfecto.

Seguimos creyendo que nosotros tenemos razón. Para nuestro bienestar, para recuperar nuestro equilibrio tenemos que “entender” por qué o para qué y/o algo ha de cambiar. Reclamamos respeto y no lo otorgamos.

Seguimos exigiendo nuestros derechos para estar bien, porque lo único que queremos es vivir en paz; pero para alcanzar un estado de paz permanente, hay que serlo conscientemente.

Ser y estar son dos cosas diferentes.

Mientras sigamos considerando estar bien como lo que tiene que ocurrir, seguiremos sin conocer lo que es el AMOR. Y mientras esto ocurre, ¿sabes que energía mantendrás viva? La ira, el enfado, el rencor. Cualquier cosa que te aleje de la paz interior.

Entonces, ¿lo que hay que hacer, es no hacer nada? ¿Vivir la vida en estado “zen” y ya está?

La nada es un sinónimo de eterno. Para nosotros una paradoja.

Mientras sigamos observando los conceptos como polares, seguiremos hablando de que solo se puede ser una cosa o la otra; hacer una cosa o la otra. O se hace o no se hace, o se dice o no se dice. Ese es nuestro mundo polar.

La solución nunca está dentro de la rueda de la supuesta paradoja.

¿Qué parte de nosotros busca una solución? Aquella que está incómoda con lo que ocurre. Aquella que aún encuentra que lo que está aconteciendo no debería ser así, aquella que no comprende que todo lo que observa está completo en sí mismo.

La atención es el acto que nosotros hacemos con nuestro cuerpo mental ante las situaciones o eventos. ¿Cómo percibes desde tu mente? ¿Cómo colocas tu mente ante lo que te ocurre? Si pudieras escoger un animal en el que tu mente se pudiera convertir y situarse ante la situación que estás viviendo ¿Qué animal serías?

Las cosas que nos acontecen, los eventos de nuestra vida, son lo que son, simplemente. ¿Las dejas ser o las quieres moldear en función de lo que tú consideras que debiera ser?

Mientras sigamos sin entender que nunca puede existir un final, que tratar de sujetar algo, o que algo se acabe, es como tratar de sujetar el aire en el puño de la mano, nunca comprenderemos que lo opuesto encierra siempre lo completo.

Aprendemos que lo infinito está encerrado en el movimiento de la unidad.

María Garrido Garrido.

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