Cuando hablamos de tener voluntad, hablamos de tener energía, de albergar la capacidad y disposición para poder hacer.
¿Por qué algunas veces parece desaparecer? ¿Qué magia se encuentra detrás de esto que parece tan fácil y tan esquivo al mismo tiempo?
Cuando entramos en el estudio de la energía que todo lo sostiene, nos encontramos con los dos principios energéticos básicos, los cuales se denominan: masculino y femenino; yang y yin, positivo y negativo. De ellos todo está impregnado, expresando particulares y únicas mezclas que se muestran en la gran diversidad existente en nuestro mundo.
La aparición de cualquier experiencia o materia, animada o no, está íntimamente ligada a los dos principios energéticos, los cuales descansan en la resolución de la paradoja de ser dos en uno, la eterna respiración de la unidad, la totalidad encerrada en la unidad.
Todo lo que nace, biología, pensamientos, emociones, etc., viene del eterno e inefable movimiento matemático.
El origen, por tanto, es siempre energéticamente masculino: la acción, el poder de ejecución, la mente, el fuego.
Esto es lo que significa que no existe en nuestra dimensión el estado “parado”, igual que no puede no existir la Luz, ni la solución a un problema; otra cosa es que no podamos verlo en este momento porque tenemos un velo delante, el cual es perfecto para nosotros en este presente.
¿Para qué? Para ayudarte a crecer, a alcanzar todas tus dimensiones, a alcanzar y reconocer al ser, el origen, a ti como Totalidad.
Entonces ¿Qué hacer para tener voluntad? ¿Qué hacer para resolver la paradoja y poder ver lo que está presente más ausente, velado para nosotros?
Lo primero y siempre, la consciencia, luz, darse cuenta, saber. ¿Lo qué?
Que lo que tienes delante es perfecto. ¿Te genera conflicto? Pues es justamente la energía que necesitas para resolver, la energía exacta para que todo vuelva al equilibrio, a la comprensión, al desarrollo.
¿No lo ves? Échate hacia atrás (principio femenino), sepárate de eso que crees que eres tú, tu ego, desidentifícate de tu “drama”.
Hace poco recibí en una sesión con un paciente esta comunicación.
Superados mis propios pre-juicios e ignorancias sobre quién, lo copio tal cual, pues el mensaje es lo importante.
“Querido:
No quieras crecer demasiado rápido.
Con esta voluntad no serás capaz de ver las cosas importantes que se te ponen en el camino. Las pasarás por alto.
El día a día, la gota a gota no es peor.
La disciplina es un regalo, un tesoro de profundidad, de erosión, de fortaleza imperecedera.
Mira alrededor de tu objetivo. Aprende a ver lo que crece al lado de lo que tú quieres conseguir. Justo al lado tendrás las herramientas que necesitas, pero si solo tienes ojos para el fin que tratas de coger, solo verás eso y nada más.
Tu hermano que te ama.
Jofiel”
María Garrido Garrido.
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