LA CULPA. UN CAMINO PARA TRASCENDERLA.

A primera vista percibimos la culpa como un sentimiento muy amargo. Incluso podríamos decir que puede llegar a tener tintes desgarradores y fustigadores.

Cuando la mente se ancla en una información, nos encadena a ella.

Cuando la mente está supeditada a sí misma, cuando la mente piensa que es el top que gobierna el cuerpo físico con el que se relaciona y se considera libre; aún no lo es.

La mente libre es aquella que se pone a las órdenes de la consciencia de la cual emergió.

Cuando la mente aún no es libre, se deja inundar por información, tanto la que es catalogada por ella como negativa, como por la que considera positiva. Ese tipo de mente aún está en la percepción dual y tiende a la polarización, y eso la aleja de la ilimitación que puede alcanzar cuando se pone al servicio de algo más elevado que ella misma. La mente que aún está en ese peldaño tiene miedo y se aferra. Se ancla a lo que entiende, a lo que puede protocolizar y estructurar. El miedo puede ser por egocentrismo o por temor a su propio poder; pero ambos son fruto de su desconocimiento.

Hoy me centraré en el proceso en el que la mente se autolimita ante información que considera como negativa. Solo nombrar que la mente que se autolimita ante información que considera como positiva, podría llevarla a conductas de dogmatismo e intolerancia. Hemos de entender que aquello que nos provoca sensación de bienestar mental y emocional es un camino personal, no EL CAMINO.

El verdadero camino siempre es inclusivo.

Cuando la mente se autolimita ante información que ella entiende como negativa, es cuando la persona puede entrar en lo que llamamos culpa. Otros sentimientos pueden acompañarla. Frustración, rabia hacia uno mismo, flagelación, sentimientos de falta de merecimiento, bloqueo, etc. Toda esta energía si no es iluminada por la luz de la propia consciencia, puede terminar haciendo mella en el cuerpo emocional y mental, llevando a la persona que lo experimenta a un proceso de desgaste de su autoestima y a sufrir enfermedad en su cuerpo físico.  Estos síntomas son la válvula de escape por donde esa energía de baja vibración se puede filtrar para encontrar cierto alivio; un parche que será bienvenido mientras la persona no sea capaz de hacer otra cosa.

Hoy me gustaría proponer elevación en lo que solemos entender como culpa.

Si elevamos este concepto, podemos convertirlo primero en una herramienta, y más adelante al desarrollarla, podrá convertirse en una habilidad; una forma de ser y vivir.

Ya vimos que la culpa viene acompañada de sentimientos que nos hacen experimentar dolor interior, conflicto interno, y como todo conflicto, si sabemos cómo, puede convertirse en una puerta para el camino del desarrollo personal.

Estos son los 8 tips que representan un camino para ayudar a vivir la culpa de forma elevada.

1.Afrontar la situación entendiendo que este sentimiento está ahí simplemente para hacerte comprender que lo puedes hacer mejor.

Hemos de ser muy conscientes de que todo forma parte de un aprendizaje, aunque nosotros no lo podamos ver y entender en el momento actual.

Este sentimiento nos indica que siempre hay oportunidades para seguir creciendo.

2. Escribe sin detenerte a pensar todo lo que piensas y sientes respecto a lo que ha ocurrido.

Es importante que en este momento no te detengas a analizar el por qué o para qué te ocurre lo que te ocurre. Este es un momento de liberación de energía, no de análisis. La mente suele ser muy golosa y si no ponemos cuidado en este punto, entraremos fácilmente en intentar entender y lo más probable es que nos hundamos más y más en los brazos de esa energía.

Cuando acumulamos en nuestros cuerpos mentales y emocionales energía de baja vibración, es importante liberarla para que no provoque daños mayores.

En el proceso de desarrollo se pasa primero por una liberación sin gestión. Solemos usar a nuestros amigos y familiares como vertedero de nuestra energía negativa. Este es un paso importante, mas, poco a poco, la vida nos invita a poner luz a este comportamiento y a darnos cuenta de si la persona en la cual volcamos nuestra amargura tiene la capacidad para poder sostenerla. Encontrar a alguien con esta habilidad es un honor, y un crecimiento por nuestra parte sería expresarle nuestro agradecimiento sentido al respecto.

El trabajo de acompañamiento al esclarecimiento de por qué o para qué nos sucede lo que estamos viviendo, es la consecuencia del desarrollo de la habilidad de “ser sostén”.

3. Ora. Haz una conexión con tu divinidad atrayendo hacia ti ecuanimidad.

No importa si eres religioso, ateo o agnóstico. No me estoy refiriendo a que recites una serie de frases rituales sin sentido, te estoy sugiriendo que conectes con esa parte elevada que se haya dentro de cada uno de nosotros y que tiene el poder de llenarnos de calma interior.

Un dicho zen nos habla de que una vez que hemos revuelto un vaso lleno de agua y barro, hemos de esperar a que el barro se pose si queremos volver a ver a través de esa agua.

4. Si estás seguro de que te encuentras en un momento de calma interior, ecuánime, fuera del personaje que ha vivido ese acontecimiento como un drama, lee lo que has escrito.

5. Una vez que lo hayas hecho, respira y escribe con calma lo que percibes. No seas demasiado duro contigo mismo. Sé igual de generoso que lo serías con un amigo muy querido.

Nos es más sencillo escuchar a otro, sobre todo si le queremos; solemos tener más distancia y perspectiva. Actúa con amor hacia ti.

6. Ahora que has escuchado tus propias quejas. Sé tu mejor amigo y escribe tus propios consejos. Y no olvides nunca que tú también puedes ser tu mejor amigo.

7. Acciona tus propios consejos. La gran mayoría de las veces nos quedamos en la teoría. Tendemos a volver a caer en que la ayuda venga de fuera, pero eso solo es una excusa. La búsqueda de un salvador externo, es otro de los pasos necesarios; pero la vida nos llevará con su generosidad una y otra vez a encontrar a nuestro propio salvador dentro de nosotros y ser así el monarca de nuestro propio reino. Solo así conoceremos lo que es verdaderamente la libertad.

8. Recuerda la maravillosa frase de Alcohólicos Anónimo: “Solo por hoy”.

Acciona siempre desde el más alto sentimiento de amor al que alcances.

Solo por hoy, avanza hasta donde tu vista alcance y ese será un excelente trabajo. Mañana habrá otro, “solo por hoy”.

María Garrido Garrido.

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