LA ESCULTURA DENTRO DE LA PIEDRA.

publicado en: Autoconocimiento | 1

Es a Miguel Ángel, “el Divino” a quien se le atribuye la frase: “La escultura ya estaba dentro de la piedra. Yo, únicamente, he debido eliminar el mármol que le sobraba”.

La escultura dentro de la piedra son los modelos de la existencia, con los cuales conectamos a través de nuestra intuición y nuestro poder de ver más allá de lo aparente.

Esta idea no solo es factible a la hora de expresar la creatividad en el mundo del arte plástico, porque el arte, es arte; no solo lo es lo que está relacionado con la pintura, la escultura, el baile o la composición, sino que el arte es la expresión de nuestra conexión con la totalidad, con nuestra divinidad; es la exposición de todo lo místico, magnético y sideral que hay dentro de cada uno de nosotros.

El mundo de la sanación es un campo profesional mal considerado y relegado al baúl de la fantasía y la trivialidad, igual que lo han sido temas vitales para los seres humanos como su mundo emocional y los sueños; mas los estudios realizados en los últimos 15 años por el físico Dr. Konstantin G. Korotkov, son la punta de lanza soporte para otros muchos que se están realizando y que están devolviendo al mundo de la sanación al lugar de donde nunca salió. El mundo de la realidad evidente.

Una de las razones para convencernos de que la sanación no existe, es que morimos y seguimos enfermando, mas es evidente que ninguna cura puede ser para siempre pues contradeciría las leyes naturales. La sanación no busca no morir, ni terminar para siempre con los síntomas físicos de malestar, sino que va más allá.

La sanación trabaja en planos más elevados que la materia, la cual un día se desvanece porque está sometida a las leyes naturales del plano en el que habita. La cuestión es si ese día, el día que la desaparición del cuerpo físico llegue, lo abandonemos sanos o enfermos, porque enfermamos nosotros, nuestro cuerpo solo lo refleja.

Cuando me refiero a conceptos de sanación y energía, no me refiero a mi profesión de psicólogo o de osteópata, las cuales he aprendido a poner a su servicio, sino que me refiero a esa parte de mí que no sé muy bien por qué aparecieron en mi vida tiempo después de terminar las carreras.

He aprendido a hacer arte conectándome con la escultura dentro de la roca.

He aprendido a apoyarme en los patrones existenciales para devolver la armonía a mis pacientes, tanto a sus cuerpos físicos como a sus mentes y a sus espíritus.

Hay mucho dentro de cada uno de nosotros, esperando ser “conectado” y recordado.

El modelo de Miguel Ángel estaba en su cabeza porque ya existe como potencial; igual que existe el modelo de un hígado o una articulación lumbosacra sanos, en el cual me apoyo para restaurarlos.

Cuando creamos, nuestro cerebro interactúa con los modelos de la manifestación, los cuales existen en lo que algunos llaman el Campo Cuántico. Nuestro cerebro puede hacerlo porque pertenece a ese Campo, ya que nada existe fuera de él.

Muchos son los sabios que nos han dejado esta idea que sigue hoy más viva que nunca. Platón y el mundo de las ideas; David Böhm, con su orden implicado; otros, como Jacobo Grinberg, denominó Laticce a la matriz informacional de lo cual todo está permeado, y otros, como Rupert Sheldrake, nos habla de la existencia de campos mórficos, los cuales son los moldes de la manifestación a través del cual todos estamos unidos.

Cuando me acerqué a esta parte de la ciencia que da un salto más allá de lo evidente, conseguí ponerle nombre a las cosas que veía y las cuales usaba en mis sesiones de osteopatía. Estas fuentes fueron las que trajeron calma a mi mente, la cual, a pesar de las evidencias diarias no paraba de cuestionarse una y otra vez por qué y cómo pasaba lo que pasaba en mis consultas.

Hace unos días tuve una sesión con un bebé de 15 meses. En su día Mario llegó a mi consulta con apenas dos meses. Aún no tenía ningún diagnóstico pero algo estaba pasando. Mario no sabía llorar, estaba como “desconectado” del mundo. Su tono muscular era pobre y había nacido con un solo riñón.

En nuestra última sesión, traté de describirle a Sandra, su mamá, qué estaba haciendo con Mario en ese momento con mi mano apoyada en su pequeño sacro.

En todo nuestro cuerpo se expresa el pulso de la vida que habita en él. La manera en que lo hace, nos habla de si su estado es saludable o de si tiene dificultades para expresarse.

En ocasiones, como ocurre con Mario, el pulso está, la vida está, la escultura está, solo que faltan unos toques de cincel para que luzca brillante a plena vista.

En eso consiste mi trabajo como sanador, y lo hago apoyado en los modelos de la manifestación existentes en el campo unificado. Esta es mi forma particular de hacer la osteopatía y psicología. Unir lo aprendido con nuestra sabiduría y conexión interior.

Mi trabajo de artista consiste en restaurar y sacar a la luz obras de arte que tiene alguna zona oculta.

Cada día Mario va dejando entrever su gran obra de arte con la que ha venido a este mundo.

María Garrido Garrido.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *