LA NOCHE NOS CONFUNDE.

El camino de nuestra evolución, es en realidad una escalera de caracol. Infinitos peldaños ascendentes, atalayas desde las que podemos observar todo lo ya aprendido y desde donde vamos intuyendo nuestro común horizonte, nuestra Casa, el Hogar de donde nunca salimos.

Trataré de hablar de tres “grandes” peldaños, pero, antes de nada, me gustaría que se tuviera en cuenta que la clasificación que voy a hacer es a título explicativo y no conlleva ni un gramo de connotación peyorativa.

Desde una perspectiva materialista, el mundo “de fuera” es la realidad, y uno poco o nada puede hacer al respecto. La vida es lo que es, dura y difícil y hay que ser fuerte, hay que hacerse un hueco, hay que luchar y puede ser muy oscura, cruel y conflictiva.

Aquí nuestro entendimiento del mundo es meramente polar. Blanco o negro, todo o nada, luz o sombra, una cosa o la otra.

A medida que vamos ascendiendo, vamos pudiendo percibir que las fronteras no son tan marcadas como parecen.

El pensamiento gira alrededor de que algo se puede hacer en relación a cómo van sucediendo los acontecimientos de nuestra vida. Sí, la vida, a veces, puede parecer compleja, pero depende de mí cómo tomarme las cosas, y si observo con detenimiento, pudiera ser que ese suceso, por doloroso, difícil y conflictivo que parezca, es posible que quiera enseñarme algo.

Esta sigue siendo una perspectiva polar pero más flexible, en la que la luz parece que se va abriendo camino.

Este suele ser el peldaño de muchos de mis alumnos, mas a pesar de que intelectualmente se comprenda que lo que denominamos “mal” y “bien” son meros constructos de la mente para poder hacer comparaciones y así comprender, sigue habiendo confusión al respecto.

En este paso se empieza a generar un nuevo vocabulario.

Términos como:  consciencia, luz, vibración, etc., mas aún son sinónimos de aquellos que se usaron: bueno y malo.

La noche aún provoca confusión.

Se equipara alta vibración con buena vibración o mejor. Baja con mala y peor. Luz con lo bueno y oscuridad con lo malo. Consciencia con lo bueno e inconsciencia con lo malo. Lo espiritual y energético con lo bueno y lo material con lo malo.

Estamos ascendiendo, pero aún seguimos siendo muy polares.

El punto clave para el siguiente peldaño requiere la comprensión de que la energía no se puede juzgar, pues no hay buena o mala energía. La energía es energía. Igual que la luz es luz y la oscuridad es oscuridad.

Las connotaciones son características que le colgamos a los conceptos y que pertenecen a nuestros cristales particulares.

Desde este peldaño soñamos con lo que hay en el horizonte pero aún no sabemos que aquello que anhelamos es donde estamos y lo que somos.

En el escalón siguiente las fronteras entre un término y otro se vuelven más difusas aún. Se va experimentando que todos los conceptos se pueden elevar. Nos vamos acercando a lo que somos, que es consciencia, y eso es lo que en realidad significa alta vibración. La noche nos confunde a veces porque nosotros la experimentamos como gozo, alegría, paz…, pero desde este travesaño ya no es algo polar, no se percibe como lo contrario a tristeza o lucha. La consciencia es consciencia, no es conocimiento ni fe; es sabiduría.

Los que están en gradas más abajo, lo entienden como la postura del: “todo vale”, como algo similar al relativismo moral, estando ciegos a la realidad de lo que realmente significa: “todo”.

Nos estamos acercando más a la Unidad y, a cada momento, se va comprendiendo que lo complementario es la respuesta. La Verdad se esconde dentro de lo que aparenta una paradoja. La suma, la inclusión, la apertura… son las características de este promontorio.

Estamos en el peldaño en el que empezamos a empaparnos de lo que verdaderamente significa el respeto.

Desde mi punto de vista, este es la plataforma que nos acerca al gran salto de consciencia que supone comprender qué es el AMOR.

María Garrido Garrido.

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