En nuestro afán por encontrarnos a nosotros mismos, perdidos en el mundo y en su frenesí, caemos todas las noches, rendidos ante la puerta que tanto ansiamos.
No busques fuera lo que ya está dentro, repite el maestro una y otra vez.
Dormir no es solamente la forma en la que nuestro cuerpo descansa, se reorganiza y se regenera. Dormir es el marco de la puerta de una de las experiencias más enigmáticas que rodean a los seres humanos… Los sueños.
Relegados a fantasías inservibles, deformidades de la mente o deshechos de la psique, nuestra vida onírica es ninguneada, una y otra vez, sin darnos cuenta de que Oz abre sus puertas para todos nosotros todas las noches.
Algunas personas niegan categóricamente que sueñen, otras desean no soñar, pues piensan que cuando sueñan duermen peor, y otras deseamos ese momento como agua de mayo.
Todos soñamos. Es un acto natural del ser humano. Lo que sí ocurre es el olvido del hecho. ¡Cuán categóricos nos volvemos cuando pensamos que algo no ocurre, sin poder si quiera soslayar que lo que verdaderamente acontece es que no nos damos cuenta del hecho!
En realidad, esas personas tienen razón; pues aquello de lo que no nos damos cuenta, aquello que no es consciente para uno, no es real, es como si no existiese.
Se habla de la meditación como la gran puerta de entrada al desarrollo de la consciencia y considero que es una gran entrada; pero no la principal, pues no es la natural. Soñar es un acto inherente a nuestra vida biológica.
En mi opinión, la meditación es un acto volitivo, no natural. Con esto, por supuesto, no estoy juzgando si es peor o mejor.
La meditación para mí ha sido una hermana sabia que me ha ayudado mucho a poder ver más claramente el análisis de mis sueños y de mis conflictos.
Tanto el análisis de unos como de otros son actos reflexivos e intelectuales de mi mente concreta que me dan información sobre mí misma. La meditación es una forma de aplacar mi mente concreta para que pueda hacer ese trabajo reflexivo de forma más ecuánime.
La manipulación a la que hemos sido y seguimos estando sometidos, forma parte del “gran plan”. Forma parte de las zancadillas que ponen los empleados de la fábrica del poderoso Padre a su Hijo, el cual desconoce el engaño al que es sometido, pero que es necesario para que pueda tener la experiencia de haberse ganado su herencia.
Relegar los sueños a fantasías forma parte del engaño, igual que otras muchas líneas de guion, como que la imaginación también lo es, que hemos de rechazar al mal, matar a nuestro ego o la confusión que tenemos entre lo que es la inteligencia y la sabiduría.
Encuentro que tenemos dos grandes vías para llegar a la comprensión de la completitud que somos.
Una es usando el mundo exterior, entendiendo a los otros como los espejos que reflejan lo incompleto que hay en mí y la otra, es entrando en el mundo de los sueños, donde todos y cada uno de los personajes que nos encontramos forman parte de uno mismo; uno que es mucho más grande y completo de lo que yo me imagino.
Las dos grandes herramientas a usar en estas dos vías son: el análisis de los conflictos a los que me enfrento en mis relaciones durante la vigilia y la otra sería la interpretación de los sueños.
Hablando con un gran amigo sobre el tema, me daba su opinión al respecto haciéndome ver que cualquiera de las dos podría suponer un esfuerzo.
-¿Un esfuerzo para quién? Pregunté yo.
-Para el que lo intente hacer.
–Y ese que lo intenta hacer, ¿tiene el conocimiento de que son las dos grandes vías para ganar consciencia? ¿Sabe que son dos caminos para la completitud, para encontrar el Orden bajo el supuesto caos?
–Mmm. No creo.
–Efectivamente. Ese que ve esta diligencia como un trabajo que requiere esfuerzo es porque considera que no son siquiera una herramienta, sino más bien una pérdida de tiempo o nada que ver con la “realidad”.
Mientras el ego, la entidad que hemos creado alrededor de nosotros mismos y que pensamos que tiene la verdad, y la tiene ciertamente, la suya; no sea consciente de que está en crecimiento y que su destino se encuentra más cerca de lo que cree, el cual le hará sentir paz y sosiego interior, interpretará cualquier cambio como complejo, difícil y complicado.
Si supiésemos el valor de los sueños, correríamos todas las noches felices a su encuentro. Todas las noches nos encontramos delante de la puerta que puede hacer comprender la magia real que es estar vivo.
María Garrido.
Deja una respuesta