Cada uno va creando sus peldaños particulares y, entre todos, creamos la escalera común de la especie humana.
En algún momento, cada uno de nosotros se puede encontrar en el peldaño en el que alguien nos puede acusar de ser demasiado bueno, espiritual o incluso infantil, pueril o inocente.
He decidido escribir este artículo y hablar sobre la esperanza como ejemplo para tratar de ayudarte si estás en este momento particular.
He hablado sobre la esperanza en alguna que otra ocasión y puede que alguien haya interpretado sobre mi opinión que es algo “no deseable”.
¿Cómo es posible? La esperanza es lo único que se pierde.
He hablado en muchas ocasiones sobre cómo la esperanza nos pone en una situación futura, cómo nos quita del presente, cómo, sin ser consciente de este asunto, nos aleja de lo que tenemos justo en frente.
Trataré de explicarme.
Cuando uno no puede ver lo que tiene enfrente porque es demasiado duro, porque no tiene herramientas para poder estar ahí en la trinchera del reto que se le presenta con una vibración que le haga experimentar bienestar, es natural que su mente realice esta maniobra de evasión.
Si. Evasión. Y trata de no quedarte con la connotación negativa que puede que le estés otorgando a esta palabra en este momento.
Así como ante un trauma importante vivido en la infancia, por ejemplo, es posible que envolvamos esa información en una capa de olvido, o con un papel de regalo que envuelva lo sucedido con una información muy diferente a la que aconteció, lo mismo ocurre con nuestras esperanzas.
Pero como siempre trato de explicar, nada está bien o está mal. Todo es correcto y adecuado al momento particular de cada uno. Todo son herramientas, todo son apoyos y cada uno usa la que le es útil en ese momento.
¿De qué le serviría a alguien un bocadillo si está muerto de sed en el desierto?
Bueno, le sería útil para poder hacer un intercambio con otro al que le sobre el agua; pero creo que ya me expliqué con este ejemplo.
Pues, así como tomar una pastilla para el dolor es un bastón estupendo para la persona que la toma, desahogarte con un amigo, pegar cuatro gritos, correr por el monte, o ir al psicólogo son diferentes ejemplos de las distintas ayudas existentes para el gran objetivo. Ascender por la escalera particular de nuestro desarrollo personal.
Si ahora es útil para ti, pensar en “mañana será otro día” como ayudante a recuperar tu energía, como esperanza de que “nunca llovió que no escampara”, ¡adelante!
Pero si se te enfrenta alguien por pensar de esa forma y te agrede porque “esa es una forma de ser pasivo”, de “no enfrentarte a la realidad” o porque “eres demasiado bueno o iluso”, te invito a que tomes esa información que te hace experimentar conflicto y la uses para ser consciente de que es un empuje para poder salir de un programa, una idea o un bastón que has usado lo suficiente como para poder probar otro diferente.
La vida te está invitando a que uses otro. Ni mejor, ni peor, simplemente uno nuevo, que ya te va correspondiendo.
María Garrido Garrido.
Deja una respuesta