Una puerta mágica: soltando amarras.

Aunque soy de la escuela de “siempre para delante como los de Alicante”, soy consciente de que no todos pueden hacerlo.

Si nuestro estado del ser no ha alcanzado una media suficiente, la fuerza que hace nuestro pasado, heridas psicológicas, traumas emocionales, etc., unido con la gran presión que ejerce el inconsciente colectivo, hace que la persona se sienta totalmente impedida para tirar hacia delante.

La limpieza y el orden son necesarios. Cuando la casa está sin barrer, por muy bonitos que sean los muebles y los adornos, no va a lucir como esperamos.

Soy partidaria de no enredar. Con eso me refiero a que, allí donde se ponga la atención, hará que eso crezca; sea el objetivo de nuestra atención una experiencia vivida como positiva o como negativa; pero sí, a veces hay que pararse y hacer una “extracción”.

Hay personas que ya tienen el suficiente poder interior como para poder enfrentarse a estas limpiezas solas; pero mientras no podemos, las ayudas exteriores son bienvenidas. Ni mejor, ni peor, cada cosa para lo que es y sin más vueltas.

No solo el niño interior puede estar dañado; también el bebé, el adolescente y el joven adulto. El acompañamiento terapéutico en la disolución del trauma nos ayuda en estas operaciones, ayudándonos a plantar un bonito árbol en el lugar donde antes había un pozo negro.

María.M.Garrido.

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